REDACCIÓN: Dalia Linares
Desde años inmemorables, el arte ha sido el medio por el cual los artistas han podido expresar sus más profundos pensamientos, sentimientos e ideas sobre diversos temas, sean culturales, políticos, sociales y entre otros, llegando a plasmarlos en cada línea, curva, color y detalle a mano de ellos mismos, formando en conjunto una imagen que roba inmediatamente nuestra total atención, poniéndonos a pensar en cuánto pudieron haberse demorado realizándolo y, sobre todo, en la historia que existe detrás de ello.
Hoy, con mucha emoción, les contamos sobre Mishel Chugden Mori, una artista cajamarquina, conocida bajo su pseudónimo: Molinendo, cuyo significado no lo podemos encontrar ni siquiera en el diccionario, pero para ella, sin duda llega a ser simbólico. “Molinendo no lo elegí, apareció de improviso y él me eligió a mí. Es mi antes y mi después.”, menciona, comentándonos a su vez, que fue el inicio para que enfrentara lo que en verdad quería y debía ser, sin más tapujos, atreviéndose por fin a mostrar su talento al mundo, pero primero a ella misma.
Pero, ¿cuál es el talento y don que la vida le obsequió? Pues, desde pequeña estuvo inclinada por la pintura, la escultura y la escritura, siendo estos los más innatos; no obstante, nunca se cerró al querer intentar o descubrir algún nuevo talento que podría surgir, siempre tuvo en mente que una persona puede evolucionar y probar cosas nuevas, intentarlo siquiera y no quedarse con la “espina” de saber si lo podía lograr o no.
El arte que realiza, ha sabido conjugarlo muy bien con la repostería, en donde nos comenta que muchas veces falló en algún diseño o simplemente el resultado no era el esperado; sin embargo, esto la impulsó a perseverar y mejorar cada día, esforzándose mucho más y dejando sorprendidos a sus clientes por el empeño relucido en su trabajo.
Pero ¿y su escritura? Respecto a ello, menciona que es una de las inclinaciones que más le costó afrontar, dado que es una forma de desnudarse y quedar vulnerable frente a quien te lee; lo interesante de ello, es que a veces es necesario dejarse ver, mostrarse tal cual es y contar lo que uno quiere o necesita expresar, como una forma de liberación. “Esa es la diferencia entre la pintura y la escritura: al escribir, muestro mi vulnerabilidad; pero en la pintura, puedo esconder todo aquello entre los colores”, comentó en la entrevista.
Curioseando, preguntamos sobre el estilo de sus pinturas, a lo que muy atinadamente respondió: “Lo que ves, es lo que soy. No tengo un estilo, pero soy alguien tan emocional, que tengo las cosas a flor de piel y en el momento más improvisado es que surgen”.
Nuestra artista asistió a los nueve años a una academia de arte, más no aprendió la teoría como tal de aquel lugar; citó la frase “Uno pinta porque no tiene otra alternativa, porque le nace del ADN”, sintiéndose muy identificada consigo misma, ya que pinta porque de verdad siente la pasión de hacerlo, la necesidad de liberarse y descubrirse a través de ello.
La artista Leonora Carrington, conocida como “La Rebelde Pintora del Surrealismo”, fue de gran inspiración y motivación para ella; sobre todo en su frase: “No me gustaría morir de ninguna manera, pero si llego a hacerlo algún día, que sea a los 500 años de edad y por evaporación lenta”, llegando a tener un significado especial para Mishel Mori, porque todos en algún momento queremos explorar la vida, conocer, disfrutar, aprender, pero en lo que debemos enfocarnos, es en vivirla, no solo en sobrevivir. Mori habla con mucha admiración de esta artista, sobre todo por su forma de ser y de pensar, por querer ser: más que vista, oída.
Definitivamente, ha sido muy grato poder conocer más a fondo a Molinendo, estoy completamente segura que su perseverancia y la pasión por lo que hace, traerán a su vida mucho orgullo, reconocimiento y éxito; aunque ella aún no se lo termine de creer, hay personas que no solo admiramos su arte, sino la calidad de persona que llega a ser y la sencillez que tiene para conectar con tu mundo y mostrarte las cosas desde una perspectiva distinta. Desde ya, la felicito por lo hecho hasta ahora y espero estar presente en sus próximos logros. ¡Un abrazo y gracias por compartirnos tu talento, Molinendo!